Hacer unos pequeños cortes en las pechugas para abrirlas y que se puedan enrollar posteriormente. Sazonarlas y colocar entre 2 plásticos y golpear ligeramente para que tengan un grosor uniforme. Hacer lo mismo con las piernas de pollo. Colocar adentro de una bolsa plástica con cierre hermético.
Mezclar en un recipiente el ajo, sal, pimienta, kión o jengibre rallado, aceite, vinagre, orégano y comino y verterlo dentro de la bolsa con el pollo. Llevar la bolsa a la refrigeradora y dejar macerar 2 horas.
Retirar las pechugas y piernas de pollo de la bolsa y guardar el líquido de maceración. Colocar las pechugas de pollo en una superficie horizontal y colocar las piernas de pollo encima. Si se desea se puede poner una tajada de jamón como relleno.
Enrollar ajustando fuerte formando un rollo y atar con una cuerda ajustando bien. Debe quedar compacto.
Engrasar una bandeja o molde para horno no muy grande y colocar el pollo. Rociar con el líquido de maceración. Llevar al horno precalentado a 350°F (180°C) hasta que esté cocido y suave cuando se introduzca el probador. Retirar del horno y dejar enfriar, si es posible con peso encima (cajas de leche o similar). Esto se hace para que la carne quede bien compacta y se pueda cortar luego. Una vez que esté bien frío, desatar y cortar en tajadas.
Se puede usar para hacer sándwiches, acompañar ensaladas etc.
Ideas para la lonchera:
Hacer sándwiches de jamón de pollo con lechuga y tomate, con mayonesa. Picar el jamón de pollo y mezclar con una ensalada.