El cuy, roedor nativo de América del Sur (Perú, Colombia, Venezuela), es una especie oriunda de los Andes y que ya era criado desde hace más de 500 años. También es conocido como cobayo, curi, conejillo de indias y en países de habla inglesa como “guinea pig”. Se cría fundamentalmente para aprovechar su carne.
Se sabe que en el antiguo Perú su consumo era importante pues aparecen en los descubrimientos de los entierros pre-incas e incas. El cuy fue criado domésticamente para consumo y los incas recibieron de las culturas anteriores la tecnología que sirvió para completar la dieta de la población del antiguo Perú.
En la actualidad la carne de cuy es fuente importante de proteína de origen animal en la alimentación debido a que es un producto de excelente calidad, de alto valor biológico, con elevado contenido de proteína y bajo contenido de grasa. Para muchas personas, devotos seguidores del arte culinario peruano, el cuy es un manjar de primer orden.
La crianza del cuy es muy importante y tiene un gran potencial de desarrollo para aquellas familias que disponen de poco espacio para criar otras especies mayores (vacunos, ovinos, caprinos, etc.).
Según encuesta realizada entre dueños de restaurantes, éstos manifestaron que el consumo de cuy se ha incrementado y aumenta progresivamente cada año.
Tipos de cuyes:
- LA RAZA PERÚ.- Es la mezcla de un cruce de genes creado por la Universidad Agraria de La Molina de Lima, seleccionada por su precocidad y prolificidad. Pueden alcanzar su peso de comercialización a las nueve semanas, con un índice de conversión alimenticia de 3.81 en óptimas condiciones y tienen en promedio 2.8 crías por parto. Son de pelaje corto y lacio, de color alazán (tonalidad roja) puro o combinado con blanco, tiene menos grasa y es más rico en proteínas.
- LA RAZA ANDINA.- Con menor proporción de carne de un pelaje liso y es criado, principalmente, en la sierra. En su alimentación se encuentra presente la cáscara de papa y el bagazo que deja la chicha de jora.
El 95% se encuentra bajo el sistema de crianza familiar, de forma casera y son alimentados con residuos de cocina y/o con algún forraje, por tanto presentan bajos índices de producción y productividad; mientras que el 5% son criados en un sistema comercial y familiar-comercial. Además, la crianza bien manejada tiene bajos costos y genera rápido retorno económico a diferencia de otras especies. |